martes, 12 de julio de 2016

MIX 0036 - EL ULTIMO VIAJE DE LA FRAGATA MERCEDES EN EL MUSEO DE ANTROPOLOGIA










Texto y Fotos. Carlos Lázaro.

Hubo un tiempo en que la humanidad surcaba la mar. La navegación implicaba largos tiempos y grandes decisiones. Aun hoy el mar no deja de ser un reto, pero ha perdido ese halo de los viajes antiguos. Hubo un tiempo de batallas en la mar. No porque hoy no pudiera volver a haberlas. Pero fue, ese tiempo en que la potencias colonialistas se disputaban el dominio de los mares. De las lentas y pesadas carabelas se pasó a los más feroces, pero también pesados galeones. Solo las fragatas, todavía de arrastre en velas, habrían de asombrar al mundo con su despliegue de velas y rapidez. Era un tiempo, todavía sin la incorporación de los motores diesel que hoy dan empuje a los más grandes navíos con gigantescos cascos de acero. Era pues un tiempo de guerras y fragatas en los albores del siglo XIX.



Más acá, en un tiempo de nuevas y cambiantes tecnologías, podemos inferir a través de lecturas y complejos aparatos submarinos, aquellos objetos que ocupan el fondo del mar. Es por tanto, un tiempo de saqueadores, de buscadores de oro perdido, de indagadores de las viejas crónicas en las que se relatan momentos de tormentas, de huracanes, de naufragios, de batallas, de desolación y de pérdida de vidas. Todos datos que gustan e indagan los Piratas modernos. Los mares están llenos de historias antiguas.



Hubo un tiempo, de bucaneros y piratas con parche en el ojo y perico en el hombro, que no rendían cuentas a ningún rey y que en efecto se refugiaban en alguna isla tropical del inmenso Caribe. Un tiempo en que se esfumó la supremacía naval española, esa gran maquinaria que permitió la colonización, dominio y explotación de la América española durante tres siglos. Era 1804 y Europa vivía a la sombra de las guerras napoleónicas. Los ingleses se hacían fuertes en su inexpugnable isla y en ultramar procuraban botines y saqueos marítimos en nombre del Rey Jorge III.



Eran los mapas antiguos. Y era el cabo de Santa María, ya para llegar la flota a la Madre Patria, frente al puerto de Cadiz. Y era el año de 1804. El encuentro con los ingleses, la negociación fallida y la batalla. Eran los cañonazos y pronto, la explosión de la Fragata de Nuestra Señora de las Mercedes. Fueron los muertos y la carga toda rumbo al fondo del azul océano.  Todos los muertos y las 500,000 monedas de oro y plata. El resto de las fragatas alcanzó a huir del ataque inglés. 



Era el año 2007 y la empresa estadounidense Odissey Marine Exploration, dio con ese lugar de tan trágica memoria. Y de aquel momento, el saqueo, el reclamo y el litigio desde el gobierno de España, que resultó en la recuperación de aquellos bienes. Y finalmente una exposición en el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México, a partir de Julio de 2016 que describe a detalle aquel evento que da inicio a una de las guerras napoleónicas, en la que España y Francia se enfrascan en guerra contra Inglaterra, desembocando hacia 1805 en la terrible batalla de Trafalgar en que la flota franco española fue derrotada, cediendo así el dominio de los mares a Inglaterra. Con los consecuentes hechos de los movimientos de independencia en las colonias españolas de América y el fin del imperio napoleónico. 



Esta fantástica exposición reúne piezas rescatadas de la Fragata Mercedes, entre ellas, miles de monedas. Es una muestra que sin duda estrecha los lazos entre España y México. No lo olviden, se encuentra en la sala de exposiciones temporales del Museo Nacional de Antropología. 

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