Texto y fotos. Carlos Lázaro
La ciudad y
el cine viven estrechamente ligados, pues a través de la historia audiovisual
que marca cualquier filmación en una ciudad se van marcando las historias y los
momentos que conforman el rostro de la urbe. No hay hoy en día, grandes
ciudades sin una gran historia fílmica detrás.
La Ciudad
de México como una de las mecas mundiales del cines, la que concentra al mayor
mercado de habla hispana en el mundo y una de las más dinámicas desde la época
de oro del cine mexicano ha sido filmada incontables veces, en todo tipo de
formatos, colores y atmósferas, sin embargo, como una megalópolis que se
reinventa todos los días, es necesario cambiar sus ópticas, ir en busca de
aquello que no ha sido visto, del fenómeno nuevo o del sitio y la costumbre
olvidada, apenas vista o revisada. El cine en la ciudad se vuelve exploración y
toda exploración requiere incursión.
Hace unos
días fue inaugurado el nuevo Faro de Aragón, re adaptando la vieja instalación
del cine Corregidora en la colonia San Juan de Aragón, por el jefe de Gobierno,
el Dr. Miguel Ángel Mancera y emocionada comitiva entre quienes se encontraron
y tomaron palabra, Rafael Tovar y de Teresa, Secretario de Cultura, así como
Eduardo Vázquez Martín, Secretario de Cultura.
Con este
nuevo espacio, suman ya cinco faros en la Ciudad de México, el emblemático Faro
de Oriente, el faro Indios Verdes, el Faro de Milpa Alta, el Faro de Tláhuac y
ahora, este de Aragón que estará destinado a las técnicas de producción
audiovisual, con lo que se podrá dar un impulso al cine, precisamente en el
norte de la urbe, que es sin duda, la región menos filmada de toda la CDMX.
Y podrá sin
duda generar una nueva dinámica desde dentro de sus actividades, permeando a la
sociedad y permitiendo entablar un diálogo generador de paz y convivencia entre
la comunidad que lo rodea. Bienvenido el nuevo faro de Aragón, dedicado
pues, al cine y a las artes visuales.
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