Texto y fotos. Carlos Lázaro
La Torre de los Vientos -obra del escultor Gonzalo
Fonseca (1922-1997)- es un monumento único de la Ciudad de México, incluso más
allá de haber sido concebido originalmente para la Ruta de la Amistad en el
marco de los Juegos Olímpicos de 1968, sus características únicas como
escultura habitable lo vuelven un elemento diferente de dicha ruta.
El Patronato Ruta de la Amistad, que es el encargado
de llevar a cabo la conservación y difusión de la importante colección de
esculturas que comprende la Ruta de la Amistad, hito creativo creado ex
-profeso para dar marco referencial y cultural a los juegos olímpicos de la
Ciudad de México en 1968.
La masividad exterior tan llena de elementos y
gracia, hacen de esta mole de concreto de 13 metros de altura un elemento que
es imposible no ver, cuando se circula a pie o en automóvil por lo largo del
anillo periférico, sin embargo su interior es siempre es un gran misterio que
solo puede ser develado cuando se llega a pie a la escultura.
Y les compartiré
que este misterio y la caminata que hay que hacer para ingresar en el breve
recinto de 80 metros cuadrados bien valen la pena, ya que se equipara al
ingreso a las antiguas cavernas donde la humanidad encontró comunión con el
fuego y donde comenzó la historia del arte en la representación de pinturas
rupestres.
Así, el interior minimalista -con muebles de
concreto- de la Torre de los Vientos, se ha vuelto un lugar propicio para
convocar intervenciones artísticas que sin duda pueden asombrarnos como la que
actualmente se exhibe, -desde octubre- y cuya exhibición se ha extendido hasta
el mes de abril de 2016. Por lo que no se la pueden perder.
La pieza VERDE AZUL BLANCO NEGRO ROJO del artista
francés Jean Luc Moulne, quien ha reinterpretado el cautivante espacio del
interior de la Torre de los vientos al plasmar color, (de tinta de pluma bic) a
los 38 recuadros pre-existentes del colado original hacia el interior de la
torre. Con un resultado altamente poético y que solo durará unos meses, pues es una intervención temporal.
Uno como espectador, no puede sino estar atento y
reposar en silencio durante un rato, al estar ahí, uno se sustrae de la
existencia de la ciudad externa, uno queda atrapado en dos universos paralelos,
el de Gonzalo Fonseca y el de Jean Luc Moulene, es sin duda una de las grandes
piezas de arte contemporáneo que se tienen para admirar en la Ciudad de México hoy en día.
La Torre de los vientos abre solamente los días sábados entre las 12 y las 18
horas. O solicitar una cita en comunicación@mexico68.org.
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