Texto y Fotos. Carlos Lázaro.
Entre los hermosos barrios que se entretejen la Ciudad de
México, Mixcoac es sin duda uno de los menos explorados por los caminantes de
la ciudad, contrario a otros barrios sumergidos en el ambiente festivo junto
con fascinante vibración urbana de los fines de semana en lugares como Coyoacán o San Ángel; el viejo centro del barrio de Mixcoac,
no muy lejano de los dos anteriores, ha sabido mantenerse silencioso y pleno de
lugares encantadores envueltos de arquitectura de muy diferentes épocas, listo
para desplegar una tranquila caminata por sus calles de aires antiguos.
Mixcoac fue un pueblo integrado a la Ciudad de México
durante la primera mitad del siglo XX, antes de eso fue utilizado como una
villa vacacional por un gran número de familias provenientes de la Ciudad de
México que allí asentaron sus casas de campo y veraneo, tal y como la sociedad del
siglo XXI lo hace con lugares como Acapulco, Tepoztlán o Valle de Bravo, eso
explica que Mixcoac aun conserve casas solariegas y elegantes, que en sus orígenes
incluían hermosos huertos y jardines, tales como la Casa Serralde, la Casa
Limantour que hoy es sede del Colegio Williams o verdaderas evocaciones
europeas como la casa Frehoof Evers.
De origen prehispánico, Mixcoac, conserva su antiguo nombre
que evoca a una “serpiente de nube”, nombre que como una metáfora poética nos
trae a la otra naturaleza del antiguo pueblo, la de sus artistas y personajes
ilustres, entre quienes destacan dos figuras de renombre y cuyas antiguas casas
permanecen en pie como un testimonio de la grandeza de su tiempo.
Por una parte tenemos a don José Joaquín Fernández de
Lizardi, autor en 1816 de “El Periquillo Sarniento”, una historia satírica en
la que se describe la atmósfera y costumbres de la Nueva España en sus últimos
años como colonia. De hecho la novela dicha novela fue censurada a su
publicación, debido a su contenido en favor de la insurgencia; hay que connotar
que con ésta obra totalmente escrita en su casa de Mixcoac, Fernández de
Lizardi se ubicó como el primer novelista de América. La casa aún se conserva
como un anexo de la Universidad Panamericana, no muy lejos del antiguo convento
dominico del Siglo XVI, muy conocido pues ha sido utilizado como un set
recurrente para las bodas de algunas telenovelas mexicanas.
Plaza de San Juan con la Casa de Octavio Paz al Fondo - Mixcoac
El otro personaje de Mixcoac que no se debe dejar pasar en
una visita turística a este barrio, es sin duda Octavio Paz, Premio Nobel de
Literatura 1990, quien a lo largo de su obra poética realiza una gran cantidad
de referencias a Mixcoac, su pueblo y su memoria, sobre todo en su libro “Vuelta”
de 1971 nos deja ver la transformación
del antiguo pueblo en un barrio más de la Ciudad de México:
Mixcoac fue mi pueblo: tres sílabas nocturnas,
un
antifaz de sombra sobre un rostro solar.
Vino Nuestra Señora, la Tolvanera Madre.
Vino y se lo comió. Yo andaba por el mundo.
Mi casa fueron mis palabras, mi tumba el aire.
Vino Nuestra Señora, la Tolvanera Madre.
Vino y se lo comió. Yo andaba por el mundo.
Mi casa fueron mis palabras, mi tumba el aire.
La casa de Octavio Paz, permanece en pie junto a la casa que
fuera del también célebre Valentín Gómez Farías, hoy Instituto Mora, en la
plaza del barrio de San Juan, una de las antiguas y pequeñas poblaciones que
rodeaban Mixcoac y de las que cada una conserva su antigua capilla, como La
Candelaria, San Lorenzo Tlacoquemécatl, San Juan Xochimanca. La antigua casa de Octavio Paz es utilizada hoy en día como un convento de monjas, de los que abundan en el barrio. Mixcoac forma
parte de la memoria viva de la Ciudad de México.
Casa de Octavio Paz - Mixcoac
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