LA CABEZA DE JUÁREZ MONUMENTO DEL MURALISMO MEXICANO

Texto y fotos. Carlos Lázaro

Pocos se aventuran a conocer la popular Cabeza de Juárez, que se encuentra en Iztapalapa, muy cerca de la avenida Ignacio Zaragoza, la salida lógica rumbo a la ciudad de Puebla. Y es que ciertamente se localiza en una de las zonas de la ciudad quizá con menos atractivos que hay en la urbe, tan solo una amalgama extensa de colonias de origen popular, como lo son la mayoría de los barrios que conforman a Iztapalapa. Sin embargo, este monumento enorme, puede ser combinado con algún recorrido que incluya algún otro sitio de interés como lo es el Faro de Oriente, muy cerca de Santa Martha Acatitla y a no dudarlo con la Terminal 2 del Aeropuerto, que se ha caracterizado en contar en con muestras muy interesantes en su sala de exposiciones.

Los antiguos barrios de Santa Cruz Meyehualco formaban parte del lago y el cercano cerro -de origen volcánico- conocido como el Peñon del Marqués, o Peñon Viejo, era una isla en medio del gran lago. La Cabeza de Juárez, se localiza en esa planicie que alguna vez estuvo colmada de agua, muy próxima a las orillas del gran lago de Texcoco. 

Los bustos y cabezas dedicadas a la memoria de Benito Juárez son muy comunes por lo largo y ancho de México; uno de los monumentos más peculiares dedicados a Juárez es sin duda la "Cabeza de Juárez" eregida en lo que fuera un amplio llano del antiguo lago de Texcoco, en la delegación Iztapalapa, en la Ciudad de México. La obra se erigió en 1976, siendo Lorenzo Carrasco el arquitecto y con la obra mural de Luis Arenal Bastar; dato curioso, los murales del basamento de diseño abstracto iban a ser trabajadas por David Alfaro Siqueiros; pero su muerte impidió su intervención. En cambio fue su cuñado quien ejecutó esta parte de la obra, por ello la filiación de este monumento con la historia del muralismo mexicano.

Toda vez que llegas ahí, a pie, desde la estación Guelatao de la Línea "A" del Metro, (¿Por qué la estación no se llama Cabeza de Juárez?)...Te das cuenta de la monumentalidad que tiene esta escultura del siglo XX. Vale mucho la pena dar una breve caminata en torno de la escultura, que es además un pequeño y muy bien cuidado parque. Tomar algunas fotos para el álbum personal y luego entrar al modesto Museo Cabeza de Juárez, que resguarda una colección de banderas en su planta alta, así como imágenes y preceptos de Benito Juárez, también describe la historia de la construcción del monumento. En fin, la experiencia de conocer este monumento masivo y que se presenta en el paisaje con una gran fuerza, es algo que debes considerar si andas buscando lugares de la Ciudad de México que aun no conoces y este lugar de Iztapalapa tiene esta enorme escultura para tomarte algunos "selfies" inolvidables.