El Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes tiene en curso una muestra sobre la obra del genial arquitecto mexicano Juan José Díaz Infante, que entra a sus últimos días de exhibición, ya que concluye el próximo 20 de septiembre.
La muestra comprende una síntesis bien lograda sobre las mejores obras arquitectónicas de Díaz Infante, quien fulgura como una de las principales estrellas en el firmamento arquitectónico mexicano del siglo XX por su condición crítica como un rebelde y siempre un innovador de la arquitectura, además por ser el creador de algunos de los íconos más notables en la Ciudad de México.
El libro de crónica arquitectónica, 100x100 Arquitectos del Siglo XX en México, escrito por Fernanda Canales y Alejandro Hernández Gálvez, bajo el sello editorial de Arquine, nos revela en unas líneas la gran importancia de Díaz Infante, pues para él, "La arquitectura no existe, solo se trata de "pieles en el espacio"", de ahí que este título acompañe a la exposición.
Para mí, en lo particular, Díaz Infante, fue un gran visionario y el creador de algunos espacios que me parecen destacables como la Bolsa de Valores en el Paseo de la Reforma, que resulta en un prisma iconico que luce espectacular en la principal avenida de la Ciudad de México. Más por motivos de vida, siempre relaciono más mis numerosas travesías en autobús de las que recuerdo y guardo emocionantes momentos entrando y saliendo, discurriendo bajo el enorme domo de la TAPO (Terminal de Autobuses de Oriente), ahí en la frontera oriente del Centro Histórico de la Ciudad y junto a la techumbre que construyera Félix Candela para la Estación San Lázaro del Metro.
Este espacio principal, es sorprendente por el anillo de compresión de 18 metros de diámetro donde convergen las trabes curvas que lo sostienen y conforman un espacio en cúpula de 60 metros de diámetro, tan grande como la cúpula de la Basílica de San Pedro en Roma, en torno a la cual se despliegan las salas de salida de dicha terminal. Además de que se trata del espacio más asequible a todo tipo de visitantes entre las obras de Juan José Díaz Infante.
Creo que esta exposición más acá de informarnos sobre las obras de Díaz Infante (1936 - 2012), debiera servir también para fomentar ese "turismo arquitectónico" que ponga de relieve a este importante arquitecto mexicano, en este sentido la visita a la exposición se vuelve solo la primera parte de un recorrido, ya que la segunda parte se completa en campo, allegándose a esta obras que nos revelan el complejo mundo de las pieles conferidas por Díaz Infante.
Mucho se habla también de aportación en conceptos en donde la "Kalikosmia" forma el eje central de su quehacer experimental y práctico; compuesto por los denominativos "calli" casa en lengua nahúatl y "cosmos", enunciación del universo griego, a través del cual nos mostró sus prototipos de casas elaboradas a base de plástico y materiales sintéticos que anunciaban la revolución de la arquitectura, y de la que nos quedan algunos prototipos como el que se encuentra en los jardines del Museo de Arte Moderno, así como la casa popular Durango.
Pero más acá del Corporativo Jaffra, el centro de entrenamiento de los Pumas en CU, el Centro Asturiano de la Ciudad de México, que funciona como un versátil recinto de congresos y convenciones, a Bufete Industrial que construyera la avenida Churubusco y de esta a la Delegación Venustiano Carranza, todas obras de Díaz Infante, tenemos también, sobreviviendo a duras penas el abandono su casa en Amsterdam 270, que es un magnífico ejemplo de arquitectura moderna mexicana y que merece contra el olvido, el mismo destino de esas casas de arquitectos magníficos como la de Luis Barragán.
Así de importante es la casa de Amsterdam 270, ya que se trata de una casa única, que no tiene punto de comparación en la historia de nuestra arquitectura doméstica; que bien vale la pena ratificar como monumento histórico y artístico de la nación y decidir su futuro y conservación para el bien y beneficio de la Ciudad de México, al igual que se hizo con el Polyforum Cultural Siqueiros, en donde se ha impedido que la espéculación inmobiliaria dañe el patrimonio artístico de los capitalinos y del pueblo de México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario